Este año –más precisamente el 21 de julio– se cumplen cien años del nacimiento de Marshall McLuhan. Conocido por acuñar y popularizar conceptos como los de “aldea global”, “el medio es el mensaje”, “el aula sin muros”, entre otros, McLuhan fue más allá al explorar diferentes nociones sobre un mundo complejo, donde conviven diferentes culturas –orales, escriturales, visuales– que van moldeando ecologías particulares para cada época. La vigencia de McLuhan en nuestros días es asombrosa. Los nuevos consumos culturales que fuimos incorporando en los últimos años no hacen más que invitarnos a una relectura de su obra, que nos ayude a comprender las transformaciones cognitivas, expresivas, relacionales y comunicacionales del nuevo ambiente. Y también a experimentar con la producción de obras en distintos lenguajes.
McLuhan decía que debido a su acción de extender nuestro sistema nervioso central, la tecnología electrónica parece favorecer la palabra hablada, con su sentido inclusivo y de participación, más que la palabra escrita que es, sobre todo, analítica, rasgo propio de las culturas alfabéticas. No obstante, hoy en día, los textos escritos que creamos se parecen al lenguaje oral. Por ejemplo, los emoticones son representaciones visuales que nos retrotraen a la antigua escritura jeroglífica. Este tipo de escritura y los ideogramas chinos, de acuerdo con la perspectiva de McLuhan, son formas de escritura culturalmente más ricas que impidieron a los hombres la realización de una transferencia inmediata del mundo mágico, tradicional y discontinuo de la palabra tribal al medio visual, frío y uniforme. El lenguaje multimedia que integra las fotos, la música, los videos creados por los usuarios también refuerza una relación más compleja entre oralidad y escritura que se expresa en diferentes pantallas. Como afirma McLuhan, el medio es el mensaje, significa, en términos de la era electrónica, que se ha creado un ambiente totalmente nuevo.
La invención de la comunicación instantánea de muchos-a-muchos, que es posible gracias a Internet, está a punto de provocar una revolución cognitiva con el consiguiente cambio de velocidad y escala. Como lo describe McLuhan, “el mensaje de cualquier medio o tecnología es el cambio de escala o ritmo o patrón que introduce en los asuntos humanos... Las consecuencias personales y sociales de cualquier medio –es decir, de cualquier extensión de nosotros mismos– es el resultado de la nueva escala que se introduce en nuestros asuntos por cada extensión de nosotros, o por cada tecnología... El ferrocarril no introdujo el movimiento, el transporte, la rueda o el camino en la sociedad humana, sino que aceleró y agrandó la escala de las funciones humanas previas, creando ciudades totalmente nuevas y nuevos tipos de trabajos y entretenimientos”. (1964)** Hoy la web está creando un nuevo ecosistema. A medida que Internet va reprogramando nuestras prácticas cognitivas y sociales, surgen nuevas preguntas. Por ejemplo, en lugar de preguntarnos: “¿por qué publicar esta información?”, la pregunta es, muchas veces: “¿por qué no publicarla?”.
Comprender los usos sociales de las tecnologías de comunicación nos conduce a la comprensión del hombre y sus prácticas. Las herramientas tienen un efecto psicológico importante porque nos dicen que nos podemos recrear a nosotros mismos. Como lo intuyó McLuhan “en esta era eléctrica –nosotros diríamos era digital– los hombres nos vemos constantemente traducidos cada vez más en información que se traslada en forma de extensión tecnológica de la conciencia... Es decir, que podemos traducir cada vez más aspectos de nosotros mismos a otras formas de expresión que nos exceden”. Pensemos, por ejemplo, en nuestra inteligencia colectiva expandida/distribuida en un gran número de comunidades virtuales. “Hoy en día es tan necesaria una especie de conciencia o consenso externo como una conciencia privada. Con los nuevos medios, sin embargo, es posible almacenar y traducir todo; y la velocidad no es un problema.”
* Por Silvana Comba y Edgardo Toledo. Docentes investigadores Universidad Nacional de Rosario.
** McLuhan, Marshall (1964) Understanding Media: the Extensions of Man, Nueva York, Signet Books, The New American Library, Inc.
Nota publicada en Página 12, suplemento La Ventana
1 comentario:
Cuánto de McLuhan encontramos hoy en Castells y Levy, básicamente respecto a la sociedad-red y la inteligencia colectiva. Interesante y apasionante, por lo menos en mi caso. (Leí la nota en el diario, buen aporte!)
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